lunes, 7 de mayo de 2012

Fractura interna en Democracia Real Ya


Nació, creció exponencialmente, se reprodujo en miles de esquejes y ahora también se ha fracturado. Al movimiento Democracia Real Ya (DRY), germen e impulsor del 15-M, le han crecido los enanos.
Días atrás, un grupo de integrantes de DRY aprobaron tras una polémica asamblea constituirse en asociación sin ánimo de lucro, algo que colisiona frontalmente con los principios de este movimiento que se opone a convertirse en cualquier tipo de entidad jurídica.

Tras conocerse esta escisión, desde DRY se anunció la expulsión de cinco de  sus antiguos miembros por registrar otra asociación con el nombre del colectivo “saltándose todos los protocolos de democracia interna”.



El movimiento que fermentó los “indignados”, a través de un comunicado, se desvincula tajantemente de la asociación homónima. En cambio, este colectivo advenedizo lamenta las consecuencias pero asegura que seguirá trabajando “comprometidos con la movilización y con el resto del movimiento 15-M”. 

Fabio Gándara, uno de los miembros expulsados por DRY, es reacio a entrar en disputas, si bien matiza que la represalia obedece a que “una cierta parte del movimiento” no le ha gustado el paso dado para reestructurar la plataforma. “Son luchas que creemos no son de recibo en un movimiento ciudadano” señaló a Europa Press.

Lo cierto es que la conversión de una parte de DRY en asociación ha generado una espiral de críticas y confusión que han tambaleado los principios del colectivo a escasos días de celebrar el primer aniversario de la aparición del 15-M. 

En su página web, DRY se ha visto obligada a redactar un comunicado donde explica su particular visión de los hechos. Dejan claro que la decisión “no representa más que a una reducida minoría” y que Democracia Real Ya no la asume como colectivo. 

Hablan que la decisión fue tomada de manera “ilegítima y unilateral” tras una asamblea celebrada en Madrid los días 21 y 22 de abril. Además, recuerdan que tras la II Asamblea Estatal, celebrada en Málaga, se acordó que DRY no adoptaría ninguna forma jurídica “ya que contradecía nuestros principios”.  E insisten en que “nadie puede apropiarse de DRY” porque no se trata de una marca, si no una idea, “unos valores, unos principios y unos objetivos políticos y sociales en base a la radicalidad democrática”. 



El malestar es patente en el núcleo que originó el 15-M. Tienen claro que lo sucedido no va a desvirtuar el poder de convocatoria y las movilizaciones que desde DRY se siguen programando. De hecho, el 12 de mayo se han convocado centenares de manifestaciones en todo el mundo para evidenciar que el movimiento de los “indignados” goza de buena salud y que su consolidación es un hecho.

Advierten que un sector creciente de la ciudadanía no se siente representado por la clase política y que deslegitiman un sistema democrático en manos del entramado financiero. Por eso, volverán a salir a las calles. Las veces que hagan falta.  


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