lunes, 16 de abril de 2012

Una conquista ciudadana muy visible



En la calle Nosquera, cerca de la calle Larios, arteria principal de Málaga, existe un bastión en materia de autogestión cultural que lleva en marcha desde marzo del 2007. Sus mentores bautizaron la experiencia como “La Casa Invisible” y puedo aseguraros que la misma se ha afianzado, siendo en la actualidad un referente en los movimientos de gestión ciudadana surgidos en España.


Poner en marcha un Centro Social y Cultural de Gestión Ciudadana en Málaga ha sido toda una proeza no exenta de dificultades. La idea principal, como así reflejan los Creadores Invisibles –artífices de esta historia- no era otra que fomentar la auto-organización ciudadana, el pensamiento crítico y la creación colectiva. En la actual crisis económica, esta iniciativa se hace fundamental para sostener una oferta estable en materia cultural si tenemos en cuenta que este ámbito suele ser el más mutilado en tiempos de recortes.
“La Invisible” ha conseguido centralizar en un espacio público a toda la terna de creadores y personas vinculadas al ámbito creativo de Málaga y de cualquier parte del país. En sus instalaciones se llevan a cabo cantidad de talleres, actividades, conciertos, conferencias, charlas, cursos, un sinfín de propuestas que hacen de esta experiencia un objeto de estudio, aparte de demostrar que la auto-organización de las redes sociales y ciudadanas es posible. 

Sin embargo, ha habido que sortear continuas órdenes de expulsión por parte del propietario del inmueble, el ayuntamiento de Málaga, y pese a la existencia de un ecosistema creativo en este espacio, la administración local siempre ha mirado con ojeriza esta propuesta autónoma. Además, el proyecto ha obtenido destacados apoyos de gente como Darío Fo, escritores como Naomi Klein o el actual Director del Museo de Arte Contemporáneo Reina Sofía, Manuel Borja Villel (entidad que apoya este proyecto).

Antes de llevarse a cabo el desalojo, el colectivo impulsor estableció una mesa de negociación con el ayuntamiento. Así, en enero de 2011 se alcanzó un primer acuerdo que se denominó “Protocolo de Intenciones”, un documento firmado además de por la Casa Invisible y por el ayuntamiento de Málaga, por la Diputación Provincial, la Junta de Andalucía y el Museo de Arte Reina Sofía. 


El protocolo viene a ser una hoja de ruta por el que La Invisible debe cumplir ciertas condiciones para así ver la posibilidad de una cesión de uso del inmueble. Estas cuestiones tienen que ver con aspectos como control de ruidos,  limpieza, seguros de responsabilidad civil, regularización de los suministros de agua y electricidad así como  la futura creación de una Fundación que gestiona la iniciativa. La idea, según cuentan desde La Invisible, es que dicha Fundación sea variopinta, confluyan experiencias similares del  país y que sea ampliamente representativa. 

Comentaros que todos los que quieran participar lo hacen a través de un modelo asambleario,  por lo que ninguna institución pública ni empresa privada puede interferir en la gestión de La Invisible. De igual modo, La Invisble no recibe subvenciones públicas y se sostiene con el trabajo colectivo de los que participan en esta historia, así como donaciones. Merece la pena pasarse por allí, conocer la experiencia, enterarse de lo que se está cociendo en el edificio de la calle Nosquera. Un reducto de autogestión cultural ciudadana que resiste y cuenta cada vez con más apoyo

Para más información: http://www.lainvisible.net/

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Despachaos a gusto...

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.